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Foto: Diario La República |
Las operaciones del complejo metalúrgico Doe Run Perú en la Oroya, se han reiniciado hecho que reaviva el conflicto entre quienes dependen de esta actividad económica y quienes defienden la salud de la población históricamente afectada.
Para una gran parte de la pobladores de esta ciudad, el ritmo de vida ha recuperado normalidad, es decir, ir a trabajar para recibir a fin de mes el sueldo completo y gastarlo. Sin embargo para una minoría que mantiene un perfil bajo, significa regresar a la pesadilla diaria: ver el humo amarillento que expulsa una chimenea negra que se puede observar desde cualquier lugar de la Oroya.
El Consejo Nacional del Ambiente en el 2007 y que ahora lleva el nombre de Ministerio del Ambiente concluyó que el 99,7 por ciento de la contaminación en la Oroya proviene de la fundición de Doe Run; esto quiere decir que una vez que se apagaron las máquinas, el aire dejó de ser menos contaminante. Pero muchos de los trabajadores del complejo decidieron mandar a sus familias a otras ciudades cercanas mientras se solucionaban los problemas.
Esta actitud generó cierta confusión. Se supone que antes del dinero está la salud; sin embargo la población de la Oroya se encuentra dividida en tres grupos: los que dependen directamente del complejo metalúrgico, los comerciantes que obtienen sus ganancias por el consumo del primer grupo y en el último están los que defienden a capa y espada, a pesar de ser perseguidos y amenazados, la salud de la ciudad.
A pesar de que gran parte de la población no reconozca la complejidad del problema y se niegue aceptar que su salud está en riesgo, solo por tener estabilidad económica; lo cierto es que el 99 por ciento de niños que viven en la Oroya supera el límite de plomo en la sangre permitido por la Organización Mundial de Salud.
La contaminación aquí es una presencia constante; pero para muchos eso no importa, porquehaytrabajo, lo que es lamentable debido a la gravedad del problema que los oroyinos no quierenaceptar. Es urgente que el Estado tome medidas drásticas ante esta situación en favor de los pobladores de esta ciudad.
La contaminación aquí es una presencia constante; pero para muchos eso no importa, porquehaytrabajo, lo que es lamentable debido a la gravedad del problema que los oroyinos no quierenaceptar. Es urgente que el Estado tome medidas drásticas ante esta situación en favor de los pobladores de esta ciudad.
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