sábado, 8 de diciembre de 2012

COMENTARIO

VIDA SÍ,  SUFRIMIENTO NO
La eutanasia es todo acto u omisión cuya responsabilidad recae en los médicos o en personas cercanas al enfermo, y que ocasiona la muerte inmediata de éste con el fin de evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de su vida; por eso es un tema poco abordado por nuestra sociedad, debido a su complejidad
Lamentablemente, es injusto, pero hay que decirlo; los médicos son los menos beneficiados cuando se toma la decisión acerca de la salud de un enfermo; ya que si el doctor recomienda a los familiares que es mejor dejar descansar a la persona sobre todo, si es un anciano ya que mantenerlo con vida es ocasionarle más sufrimiento, le dice que es malo por querer dejarlo morir.
Sin embargo hay que ser conscientes que si un paciente ya no tiene probabilidades de curarse es cruel mantenerlo con vida a costa de más sufrimiento, solo por el hecho de que la familia quiere verlo supuestamente bien, y no se dan cuenta el dolor que siente aquella persona que está inyectada por varias agujas y sobrevive con suero y medicinas; acaso eso es justo.
Por otro lado donde queda el derecho a la dignidad, que significa no solo vivir dignamente, sino también que sea la misma persona consciente y debidamente informada quien decida libremente poner fin a su existencia y dejar de someterse a situaciones que lo degraden físicamente. En este caso la decisión corre por cuenta del paciente y debería ser respetada, pero el Estado no lo permite.
Es por eso que la eutanasia viene siendo un tema muy complejo y poco discutido, lo que hay que saber es hasta qué punto el Estado puede decidir sobre la vida de una persona, en otras palabras, mantenerlo vivo cuando el enfermo ya decidió poner fin a su existencia.
El Congreso tiene la potestad de poner el tema en debate y discutir todos los puntos que sean necesarios para que pueda aprobarse una ley que beneficie el bienestar del paciente que se encuentre en estado crítico, el cual le ocasione mucho sufrimiento; ya que no existe el derecho a morir, así como tampoco el derecho a hacerle más daño.